Tomamos decisiones desde que nos levantamos. Desde ese momento decidimos si queremos hacer una cosa u otra, y la prioridad que le vamos a dar a nuestras acciones casi sin premeditarlo. Lo hacemos sin más, por rutina.Pero este artículo no va sobre la rutina. Va sobre tomar decisiones y cómo nos afectan en nuestro rendimiento del trabajo.
SOBRE LAS DECISIONES
Todas las decisiones tienen una serie de características comunes:
- No podemos decir que unas son correctas y otras incorrectas.
- Tu intuición es importante.
- Para resolver una cuestión debes formular de forma precisa lo que necesitas y en función a ello hacer una lista de pequeños pasos a realizar. Estos pequeños pasos serán nuestras decisiones.
- Hay decisiones que es mejor tomarlas en frio. Si estás muy euforico o enfadado, es mejor no tomar una decisión. Sobre todo si conlleva una consecuencia de gran relevancia. Mejor tomate un descanso y aléjate.
- Mejor equivocarte que no tomar una decisión.
LAS DECISIONES Y NUESTRO RENDIMIENTO
Sí porque dependiendo de cómo las utilicemos así nuestro rendimiento se verá afectado. Ya que para sacar el máximo provecho al mismo hemos de tomar decisiones acertadas y que nos encaminen a producir beneficios y minimizar efectos adversos.
Un ejemplo fácil: Tenemos que salir a un encuentro de networking offline. Y hemos de decidir nada más levantarnos en qué orden ducharnos y desayunar. Está claro, a pririori parece que las dos tienen la misma importancia. Pero si la analizamos bien, una de ellas solo se puede hacer en un sitio y la otra en varios. Por tanto, si tenemos las dos tareas, primero elegiriamos ducharnos y luego desayunar. Si la segunda no nos diera tiempo porque tenemos que ya es la hora de salir de casa, esta la hariamos cuando llegaramos al sitio o en el descanso del mismo. Y mientras me podria llevar un tentempie para tomar en el camino como una manzana o unas galletas. Pero la ducha no es posible, llevársela en el bolso 😉
Esto nos reportaria un beneficio rápido. Oler bien y sentirnos bien con nosotros mismos.
Si lo hicieramos al reves, y no calcularamos bien el tiempo de desayunar y no nos diera tiempo de ducharnos iriamos incómodos al encuentro y con la sensación de que no hemos empezado el dia con buen pie. Y esto tiene serias consecuencias en cómo nos mostramos a los demás.
Esta claro que este ejemplo poco serio, jajaja…ha sido para ilustrar claramente una situación en la que todos nos sentimos identificados. Y para ver que todas nuestras decisiones tienen una repercusión posterior.
Por tanto, podríamos decir que nuestras decisiones nos afectan.
LA TOMA DE DECISIONES Y NUESTRA FORMA DE VER LA VIDA
En la toma de decisiones influye nuestra forma de ver la vida. Ya te digo si influye! ¿Por qué? Porque nuestras experiencias nos hacen aprender o comportarnos de una forma ante las circunstancias que se nos van presentando.
Hay personas que están enfocadas en el presente, otras que están enfocadas en el pasado y otras en el futuro.
¿Cuál es el perfil bueno? Pues como siempre la suma de los tres. Sí, porque todos los extremos son malos, en el término medio encontramos lo optimo.
Para acertar más con nuestras decisiones deberíamos:
- Buscar el lado positivo de nuestras decisiones pasadas, sobre todo en aquellas consecuencias en las que a priori parece que han sido negativas.
- Tener en cuenta el futuro: pero no obsesionarnos con él. Vivir más nuestro momento presente.
- Tener en cuenta cuales fueron nuestros fallos pasados para aprender de ellos.
- Procurar tener un plan B.
- Define qué es lo que quieres
- Haz una lista con los recursos de los que dispones para alcanzar lo que quieres.
- Anota dos o tres opciones posibles. Compara con sus pros y contras.
- Decide.